miércoles, 5 de noviembre de 2014

Aunque duerma...

Fue un día largo, uno de esos en los que necesitas un abrazo al llegar a casa, y tal vez un buen polvo también. Apenas tenia apetito, solo quería una ducha caliente y acurrucarme al calor de mi hombre. Sabía que dormiría, pero también sabía que no se negaría a una noche de sexo tierno y salvaje. Entre sin hacer ruido, dejando los zapatos en el salón, quitándome la ropa mientras avanzaba hacia la habitación, y allí estaba, desnudo, esplendoroso, aunque roncando. Sabia que si me acercaba, si rozaba un solo dedo por su piel, el me daría lo que yo buscaba aquella noche, pero no lo hice, le deje dormir y me fui directa  a la ducha, cerrando la puerta a mi paso.
El agua caliente comenzó a correr, el baño se empaño por el calor, tanto del calefactor como el de mi cuerpo, que ardía por un rato de pasión. Entre en la ducha y comencé a enjabonarme, y de pronto una música comenzó a sonar, sensual y erótica, y sin querer mi cuerpo comenzó a bailar. La puerta de la ducha se abrió y allí estaba el, como un dios griego, desnudo y con el arma cargada.
-Cariño, lo siento, no quería despertarte, bueno si quería pero... –me callo con uno de sus sabrosos besos de tornillo, mientras entraba en la ducha y sus manos se posaban en mi piel.
-Ha sido tu aroma quien me ha despertado, tu aroma embriagador y sensual, que penetra en mi como la flecha de cupido y ya no me puedo desprender de el.
-¡Dios! Hoy me tenías a punto de caramelo, pero con frases así... –y vuelve a besarme sin dejar que termine. Nuestras lenguas juguetean dentro de nuestras bocas, nuestras manos recorren cada centímetro de nuestros cuerpos calientes y húmedos, siento sus manos posándose en mi trasero, empujándome para que abra mis piernas y así poder penetrarme, de pie, contra el frío cristal de la ducha. Me cuelgo de su cuello y siento como entra, despacio, mojado... le beso, profundo y húmedo, ahogando así un gemido de intenso placer. Nuestras miradas se cruzan, nos amamos, nos deseamos...



6 comentarios:

  1. Y es justo allí, donde sus miradas se cruzan que se refleja lo que son, lo que sienten.
    Besos

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    1. Si, esas miradas que lo dicen todo sin decir nada...
      Un beso Ame

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  2. Esa mezcla es genial. Por un lado es como un osito de peluche y, de pronto, despierta la fiera que hay dentro y te "destroza", te atrapa, te consume y devora...
    Besos de Pecado.

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    1. Osito amoros vs tigre de bengala.... mejor transformer que tiene las dos cosas jajajajaja
      Eso es lo mejor, tener abbos, el osito y el tigre al mismo tiempo :-)))
      Un beso

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  3. Jo qué capacidad de sacar historias como churros. Estás hecha una repostera de la imaginación. Un besín

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Muchas gracias por la visita y por comentar :-))))