Fue un día
largo, uno de esos en los que necesitas un abrazo al llegar a casa, y tal vez
un buen polvo también. Apenas tenia apetito, solo quería una ducha caliente y
acurrucarme al calor de mi hombre. Sabía que dormiría, pero también sabía que
no se negaría a una noche de sexo tierno y salvaje. Entre sin hacer ruido,
dejando los zapatos en el salón, quitándome la ropa mientras avanzaba hacia la habitación,
y allí estaba, desnudo, esplendoroso, aunque roncando. Sabia que si me
acercaba, si rozaba un solo dedo por su piel, el me daría lo que yo buscaba
aquella noche, pero no lo hice, le deje dormir y me fui directa a la ducha, cerrando la puerta a mi paso.
El agua
caliente comenzó a correr, el baño se empaño por el calor, tanto del calefactor
como el de mi cuerpo, que ardía por un rato de pasión. Entre en la ducha y comencé
a enjabonarme, y de pronto una música comenzó a sonar, sensual y erótica, y sin
querer mi cuerpo comenzó a bailar. La puerta de la ducha se abrió y allí estaba
el, como un dios griego, desnudo y con el arma cargada.
-Cariño,
lo siento, no quería despertarte, bueno si quería pero... –me callo con uno de
sus sabrosos besos de tornillo, mientras entraba en la ducha y sus manos se
posaban en mi piel.
-Ha
sido tu aroma quien me ha despertado, tu aroma embriagador y sensual, que
penetra en mi como la flecha de cupido y ya no me puedo desprender de el.
-¡Dios!
Hoy me tenías a punto de caramelo, pero con frases así... –y vuelve a besarme
sin dejar que termine. Nuestras lenguas juguetean dentro de nuestras bocas,
nuestras manos recorren cada centímetro de nuestros cuerpos calientes y húmedos,
siento sus manos posándose en mi trasero, empujándome para que abra mis piernas
y así poder penetrarme, de pie, contra el frío cristal de la ducha. Me cuelgo
de su cuello y siento como entra, despacio, mojado... le beso, profundo y
húmedo, ahogando así un gemido de intenso placer. Nuestras miradas se cruzan,
nos amamos, nos deseamos...
Y es justo allí, donde sus miradas se cruzan que se refleja lo que son, lo que sienten.
ResponderEliminarBesos
Si, esas miradas que lo dicen todo sin decir nada...
EliminarUn beso Ame
Esa mezcla es genial. Por un lado es como un osito de peluche y, de pronto, despierta la fiera que hay dentro y te "destroza", te atrapa, te consume y devora...
ResponderEliminarBesos de Pecado.
Osito amoros vs tigre de bengala.... mejor transformer que tiene las dos cosas jajajajaja
EliminarEso es lo mejor, tener abbos, el osito y el tigre al mismo tiempo :-)))
Un beso
Jo qué capacidad de sacar historias como churros. Estás hecha una repostera de la imaginación. Un besín
ResponderEliminarjajajajaja que bonito!!!
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