Mientras
espero a José las lágrimas hacen acto de presencia, siento su salado sabor en
mis labios y me
muerdo la lengua para no gritar, de la rabia y la impotencia
ante la situación.
-¡¡Nena!!
–alguien me grita y me vuelvo.
-No,
vete. –es Miguel, me sigue con el coche.
-Lo
siento, por favor espera. -`para el coche y se baja. Siento su presencia detrás
de mí. Sujeta mi mano con suavidad, me vuelvo y me abraza.
-Nena,
lo siento, yo... te deseo tanto. No quería hacerte daño, por favor, perdóname.
-No, yo
no quiero sexo... –le miro a los ojos, y me doy cuenta que me estoy engañando,
pues claro que quiero sexo, aquí y ahora. El lo sabe, me conoce bien.
Siento
sus manos por mi espalda, el roce de sus labios contra los míos, me besa
mientras sus manos suben hasta mi cuello, pero me asusto y le aparto.
-No,
Miguel ¿que haces?
-Tranquila,
solo voy a besarte, solo quiero hacerte el amor nena. ¿Que pensabas?
-Yo...
-¿Pensaste
que yo...? No, jamás te haría daño, así no... –y me sujeta de la cintura, arrastrándome
hacia el, volvemos a estar cerca, muy cerca el uno del otro, le beso mientras
me agarra y me sube al capo del coche.
Sube mi vestido y me arranca las bragas,
besa mis pechos, besa mi chocho y me penetra, allí sobre el coche caliente y
las luces apuntando a nuestra locura.
Estábamos
follando allí, en medio de la carretera que lleva al hotel, sobre el coche con
las luces encendidas, y era excitante, era sensual, era una locura:
-¡Ariane,
no! Para... –José me gritaba mientras bajaba de su coche y se acercaba
corriendo hacia nosotros. -¡Basta! Parar de follar ahora mismo.
Nos
aparto y tiro a Miguel al suelo, lo veía venir y me fui al coche de José. La
pelea duro apenas 10 minutos, pero fue intensa, puñetazos y patadas, sangre y
sudor. Ambos eran fuertes, pero José sabia pelear, dio clases de autodefensa en
la juventud, tuvo una vida difícil, se crió en la calle, y se veía en su forma
de pegar. Dejo ko a Miguel en un momento, aunque este se defendió, se dejo caer
para terminar con el dolor.
-No
vuelvas acercarte a ella, me entiendes. No permitiré que vuelvas a hacerle
daño, aun esta confusa pero no por que te quiera, si no por que tú no supiste
amarla. Firma el divorcio y olvídate.
-Tenemos
hijos sabes... y tengo mis derechos como padre. –le grito miguel con la boca
ensangrentada.
-Cierto.
Y si quieres a tus hijos harás lo que te digo.
-¿Es
una amenaza... José? –sonó como chulesco, como si supiera algo que no debería
saber.
-Será
una amenaza si tu la conviertes como tal, yo solo te aconsejo sobre lo que es
mejor, para todos ¿Entiendes?
Miguel sonrió,
tirado en el suelo y escupiendo sangre mezclada con saliva. Me miro y me guiño
un ojo, algo que no entendí bien, pero que me asusto enormemente.
José
entra en el coche, me ofreció una chaqueta y puso el coche en marcha.
-¿Todo
bien? –me pregunto.
-Si...
–asentí con la cabeza, asustada y avergonzada por la situación.
-Bien,
volvamos a casa entonces. Los niños te esperan.
-Clarita
te lo explicara, ella lo vio. –Clara es la mujer de José, ella es una especie
de india cheroqui o algo así. Tiene una especie de visiones que le dicen que
ocurrirá, un sentido que le indica lo que ha de hacer y unos cánticos y
aquelarres para ahuyentar lo maligno, bueno eso cuenta José, yo no creo mucho
en esas cosas, aunque parece que esta vez algo de razón tenia.
Continuara...
Ay.... visiones y todo!!
ResponderEliminarYa echaba yo de menos esta historia :)
Besotes :)
jajajaja no ha sido premeditado eh!!!
EliminarUn beso guapa :-)
¡Anda que no! Me gustan a mi estas historias donde se mezcla algo de misticismo, supersticiones y fantasías...
ResponderEliminarMe ha gustado.
Besos de Pecado.
Muchas gracias guapa!!!
EliminarMe alegro que te guste, me vino a la mente de repente, pense que estaria bien un cambio en la historia :-))
Un besito
Guapa.... que se me había pasado leer la continuación, con lo interesante que estaba y más que lo has dejado... A mi lo místico y espiritual me encanta, así que este nuevo giro me chifla... a ver que dice la mujer de Jose... que intriga por dios!! :)
ResponderEliminarMuchos besinos!!
Me alegro que os guste tanto, es un tema que da mucho juego!!!
EliminarUn besin potxola!!!
Que se quede con el otro de la cafetería por dios! No soporto a esos hombres que son como el perro del hortelano, ni comen ni dejan comer. Este no ama ni deja amar a otro. Qué asco de tío el Miguel!
ResponderEliminarHay mucho de eso por el mundo, desgraciadamente...
EliminarTendre en cuenta la peticion ;)
Un besito!!