La cara
de Clarita me aterra, y su insistencia en que necesito un baño de limpieza, o
pureza o no se que, me aturde. Siento como me empuja hacia el baño, noto sus
pequeñas manos en mi espalda y sin rechistar entro en el cuarto de baño. La
bañera esta llena de algo marrón y huele asquerosamente mal, hay velas
encendidas por todas partes.
-¿Tengo
que bañarme en eso? Huele a caca, Clarita. –protesto ante el horrible olor.
-¿Es
mierda? ¿Y pretendes que me desnude y me meta ahí?
-Desnuda
no. –me contesta muy seria.
-Joder
Clarita, este vestido es mi favorito... ¿y el pelo? –pregunto asqueada.
-Lo
siento cielo, solo será un minuto, después la abuela te dirá como quitar el
hedor. –me dice indicándome que entre en la bañera.
-Pero
Clari... ¿caca? ¿Tan importante es?
-Ariane,
se que lo haces por respeto, y te lo agradezco, pero si, es importante. La pluma
que sacaste es de un ave fénix ¿sabes lo que es? –pregunta mientras hace
dibujos en mi frente.
-Bueno,
se que renace de sus cenizas, y que era un ser mitológico... creo.
-No
cielo, era algo real en nuestra tribu, y si, renace de sus cenizas pero antes
debe morir. –me dice muy seria.
-¿Quiere
eso decir que tengo que morir? –pregunto asustada.
-Si
Ariane, el abuelo vio tu muerte, varias veces y el hecho de que sacaras esa
pluma confirma sus visiones, pero también indican la posibilidad de renacer,
por eso es importante que te bañes en la pócima del abuelo.
-¿Pero
caca Clari? – insisto una vez mas.
-Si,
los excrementos hacen referencia a todo lo malo que nos sobra, bañándote en
caca de varios animales, incluyendo del ave fénix, y esto es un secreto que
comparto contigo, y limpiándote con el líquido puro después, dejas que todo lo
malo salga, que se arrastre por tu cuerpo y se vaya por el desagüe.
-¿El
liquido puro? No será pis... –digo horrorizada.
-No,
no, es una pócima del abuelo, algo realmente ancestral y que pasa de generación
en generación, nadie más que el abuelo y otro miembro de la familia saben hacer
pócimas. Por favor cielo, entra ya, no hay mucho tiempo, vamos. –me insiste.
Suspiro
varias veces. Pienso en mis niños. Por ellos haría lo que fuera, incluso
meterme en una bañera llena de mierda. Así que no lo pienso más y entro.
-¡Coño
bendito, esta caliente! –grito.
-El
calor penetra en los poros y arrastra las impurezas, vamos Ariane, hasta el
cuello y luego deja que te eche la cabeza hacia atrás para limpiar el pelo.
-¡Limpiar!
Será llenar de mierda, bendecida, pero mierda al fin y al cabo. –el olor es
repugnante.
Entro
despacio, las arcadas son incontrolables, oigo a la familia de Clarita con sus cánticos, cierro los ojos y dejo de
respirar unos segundos. Clari me espera impaciente con la mano apoyada en la esquina
de la bañera y resoplando como una niña. Siento como el olor entra por mis fosas
nasales y una nausea hace que el estomago se me revuelva una y otra vez.
-Vamos,
solo unos segundos y termino. –me grita Clarita mientras me esparce la mierda
por el pelo. El olor llega hasta mi garganta, siento como la comida sube por mi
estomago, no puedo aguantar y como poseída comienzo a vomitar.
-Eso es
cielo, échalo todo. –me anima Clarita, tirando de mi hacia arriba y ofreciéndome
una toalla. El abuelo abre la puerta del baño y pregunta algo que no entiendo. Ambos
miran hacia la bañera y parece que encuentran lo que buscan.
-Mira
Ariane, esto estaba en tu estomago. –me enseña una pluma negra, brillante y con
unas iniciales
pintadas.
-¿Que
coño es eso? ¿Y como ha entrado ahí? –es imposible que yo la hubiera comido.
-Esto
amiga mía es magia, alguien quiere quitarte del medio, y esto solo el abuelo podía
verlo. Es una pluma de cuervo, de un ave carroñera que te estaba comiendo por
dentro y si no lo hubieras echado... el universo se hubiera revelado ante
nosotros.
-¿El
universo? ¿Cuervos? Clari, esto esta llegando a un punto que parece de película.
–digo asustada y completamente ignorante a lo que rodea al esoterismo y la
magia.
-Alguien
esta haciendo magia negra contigo, quieren hacerte daño, esto es algo que se
escapa de lo paranormal cielo. Quien te hizo esto viene de muy lejos, y sabe lo
que se hace. Confía en el abuelo, por favor, solo el puede ayudarte.
Veo que
se acerca a mí con la misma caja de antes y me pide que meta la mano, pero
estoy tan asustada que niego con la cabeza. El insiste cogiendo mi mano y mirándome
a los ojos. Le miro y siento una paz inmensa, sus ojos tiene algo especial, el
miedo se va, y casi sin darme cuenta tengo la mano dentro de la caja. Siento
algo duro y frío, pero agradable. Lo cojo. Parece una piedra. El abuelo asiente
con la cabeza y me sonríe.
-¡Ariane!
-grita Clarita.
-¿Que?
¿Es peligroso? –me asusto.
-Australia
¿te dice algo eso? –me pregunta.
-¿Australia?
No, no me dice nada ¿por que? -me intereso.
-Esta
piedra viene del desierto de Australia, ópalo negro, lo usan los hechiceros para su magia. Una
magia salvaje y muy peligrosa. ¿No conoces a nadie allí? Alguien que pudiera
vivir o tener algún familiar por aquella zona, no se.
-¡Ariane,
piensa! –me grita José a través de la puerta. Y entonces lo veo, como una imagen fantasmal
ante mí.
-¡Joder,
Gideon!
Continuara...
Me ha sorprendido este relato. Muy bueno.
ResponderEliminarUn beso del Náufrago.
Gracias :-)
EliminarUn beso
Ufff.... Cómo ha derivado la historia, por favor...
ResponderEliminarVaya ritual el del abuelo... pero... así son las cosas.
Besos.
Si, un tanto loca...
EliminarA quién hay que zurrar? A Gideón? Como lo pille... Sigue por favor!
ResponderEliminarjajajajaja en ello ando, pero me falta tiempo y empuje!!!
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