Llegamos
a casa de José en apenas 10 minutos. El piso estaba lleno de gente, casi todos
familiares de Clarita, y hacían algún tipo de ritual, cantaban y bailaban
alrededor de la mesa del comedor, donde había varias calaveras, de animales supongo, velas, incienso y algunas piedras pintadas y varios vasos llenos de algún
liquido extraño. Todo se paro cuando me vieron entrar, todos se acercaron a mí
con las manos en alto y todos escupieron sobre mi algo que olía dulce y
acaramelado, y tenia cierto regusto rancio.
-¿José,
que coño es esto? Joder que asco... –un hombre mayor me hace un dibujo extraño
en la frente con sus dedos y canturrea algo que no entiendo.
-Tranquila
cariño, es el abuelo, el esta ayudando con los malos espíritus. Algo malo sucederá
en lo próximos días, hay que protegerse. –me dice Clarita mientras hace aspavientos a mi alrededor.
-Clarita...
sabes que yo no creo en estas cosas, pero por respeto a tu familia y a ti, voy
a dejar que hagáis lo que sea esto... pero por favor, dime que es lo que han
escupido.
-Es
mejor que no cielo, forma parte de la tradición, es un secreto del abuelo y yo
tampoco lo se, de verdad. –me explica Clarita con cierto aire de disgusto.
-Esta
bien... ¿me contaras después que has visto? Quiero ver a los niños ¿como están?
–pregunto con resignación.
-Ellos están
bien, duermen en la habitación, he llamado a tu hermano, espero que no te
importe. –me dice preocupado José. Sabe que no me gusta molestar a nadie, y
menos a mi hermano, el tiene mucho trabajo y Marcos no es santo de su devoción.
-No,
esta bien. Pero tendré que oír...
En la habitación
mis dos amores duermen abrazados a su tío, se adoran aunque se ven poco, y la
cara de preocupación es evidente en Eduardo, mi hermano.
-¡Ari
cariño! ¿Como estas? ¿Que coño quería ese cabron? Anda, dale un abrazo a tu
viejo hermano mayor –me abraza tan fuerte que casi me deja sin respiración.
-Perdona,
lo siento Ari... estaba tan preocupado cuando llamo José. ¿Como pudiste?
-¿Que?
me vas a regañar tu también.
-No... No,
lo siento. Cuéntame, que quería hacer ¿llevarte a la cama? Para engañarte, como
te conoce bien sabe como camelarte, gracias a José y Clarita, y esa familia de
indios busca fantasmas que se ha traído. –se ríe.
-Edu,
un respeto, por favor.
-¿Pero
tu crees en esas cosas? Puedo creer en una intuición femenina o algo así, sois
bastante brujas las tías, pero... mira la que tiene montada en el salón Ari. –hace
un gesto con el dedo como indicando una locura o algo así.
-No, no
creo en eso, pero lo respeto. Y la verdad, que me escupan, vete a saber que
liquido, media docena de personas, pues...
-¿Que? –Se
ríe a mandíbula batiente- ¿Te han escupido? ¿A ti?
Y nos
echamos a reír los dos, cómplices, al recordar algún momento de nuestras vidas.
Estoy
agotada, necesito dormir, pero me preocupa la situación, la idea de que Clarita
vea malos espíritus, como los llama ella, me asusta un poco. No se si quiero
saberlo, lo que sea que ha visto, o lo que piensa que sucederá, pero mis
niños... ellos son mi mayor preocupación.
Vuelvo
al salón. Todo esta en silencio. La familia de Clarita sigue allí, sentados
alrededor de una caja, en el suelo del salón. El abuelo de Clarita me indica
con la mano que me siente a su lado. Clarita asiente con la cabeza. Estoy
asustada, creo, o confusa no se, pero me siento. Abre la caja. Es una caja de
madera, parece hecha a mano, tiene varias imágenes dibujadas de animales
volando, lobos aullando, plumas que vuelan, un sol y la luna y un trueno. Parece
antigua. El abuelo la abre. Tiene el mismo olor dulce y acaramelado que el líquido
desparramado sobre mí. Me coge la mano y la introduce dentro de la caja. Desde
mi posición no se ve nada, parce vacía, y no se si eso me asusta mas. Noto algo
suave, gustoso, pero no se que tengo que hacer. Miro a Clarita con cara de
sorpresa, pero ella cierra los ojos, y no se bien que significa. El abuelo me
insiste con la mano dentro y decido coger lo que sea que hay dentro. Es una enorme
pluma de ave.
-@#&
-dice el abuelo, algo que no entiendo, y miro hacia Clarita, que abre los ojos
de inmediato y se levanta.
-Ariane
ven, levántate, hay que hacerte un baño de limpieza ahora mismo. –me grita
Clarita.
-¿Que?
¿Que es eso? ¿Que pasa Clarita? Me estas asustando.
-Si, deberías
hacerlo.- me dice muy seria.
-¿El
que? –pregunto.
-Asustarte
Ariane, asustarte.Continuara...
Qué mal rollo...
ResponderEliminarAl tema de los espíritus y rituales les tengo mucho respeto, ya sean en ficción o no. Se me pone la piel de gallina, soy un poco miedosa para esas cosas. Ni siquiera puedo ver películas relacionadas con eso jajaja Y justo el ambiente que has descrito ha sido como ver una película. Yo entraría en pánico si fuera Ariane. Pero al mismo tiempo me intriga qué es lo que puede pasar ahora.
Veremos qué ocurre en el 7.
Muchos besoos :)
Ha sido un puntazo que me dio, pero seguro que consigo darle la vuelta .-))
EliminarPuertas que se abren sin saber que se abren entra lo que debe entrar y lo que no...
ResponderEliminarNo me da miedo pero sí mucho respeto pero siempre hay una forma de protegerse y una mano que guía.
Tensión...
Yo tambien respeto estas cosas :-)
EliminarJo qué intriga!
ResponderEliminarSe me ha ido un poco la olla con esta historia .-)
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